Después de este proceso procederemos al diagnóstico de la patología por la que nos viene a visitar. Para ello nos basaremos en una serie de test ortopédicos, pruebas musculares y valoración del movimiento y la postura que nos dará un diagnóstico funcional, muy útil desde el punto de vista biomecánico, es decir veremos como se mueve el paciente, que patrones de movimiento tiene, si estos son correctos, si la postura que mantiene en el tiempo puede estar afectando a sufrir un determinado dolor, que cantidad de fuerza y resistencia puede ejercer con la musculatura implicada en su dolor, si hay zonas que tienen falta de movilidad respecto a otras que tienen que compensar moviéndose más. Todo esto lo complementaremos con el resto de pruebas que nos traiga el usuario como pueden ser las pruebas de imagen como radiografías, resonancias magnéticas, TAC, o ecografía, esta última podrá además realizarse en la misma clínica, y así; con todo esto establecer el diagnóstico más preciso posible, tanto a nivel estructural dado por los test ortopédicos y pruebas de imagen como a nivel funcional.
Esto nos permitirá diseñar un plan terapéutico personalizado a cada paciente con el fin de lograr el éxito y evitar los protocolos de tratamiento que nos puedan llevar al fracaso.
