POSTUROLOGIA

¿En qué consiste la corrección postural?

Es importante que seamos conscientes de la relevancia y repercusión que tiene nuestra postura corporal en nuestra salud. La posición de nuestro cuerpo va a determinar tanto nuestra estática como nuestra dinámica, es decir, la forma que adopta nuestro cuerpo cuando estamos de pie o sentados y nuestra forma de movernos. Nuestra postura va a repercutir directamente en la cantidad de esfuerzo al que sometemos a nuestras articulaciones y músculos diariamente.

El concepto de postura hace referencia a la posición relativa de los distintos segmentos corporales (cabeza, tronco, extremidades). Ahora bien, teniendo en cuenta que el ser humano está sometido a la acción de la gravedad, no se puede hablar de una postura fija, puesto que la posición de los distintos segmentos corporales cambia constantemente con el objeto de mantener el equilibrio. Hay que tener en cuenta que el ser humano está sometido a constantes desequilibrios, a veces apenas perceptibles (movimientos respiratorios, peristaltismo intestinal…) y otras veces de mayor magnitud (movimientos de los brazos para alimentarse, inclinarse para coger un objeto…). Nuestro cuerpo debe ser capaz de adaptar su postura a todos ellos de forma eficaz.

Por ello, es fundamental entender que tenemos por un lado una “postura estática”, es decir, la relación de los segmentos corporales en un instante particular y por otro lado una “postura dinámica”, entendida como la constante búsqueda de equilibrio del cuerpo.

Nuestra postura va a estar determinada por varios condicionantes:

– Información sensitiva: es la información que recibo acerca de la postura de mi cuerpo y de los diferentes estímulos que hay a mi alrededor (sistema auditivo, visual y propioceptivo principalmente).

– Reacciones posturales programadas en la memoria.

– Factores musculoesqueléticos como la tensión muscular, la eficiencia de la acción muscular, la capacidad de movimiento articular, es decir, el estado en el que se encuentran mis articulaciones y mis músculos.

– Eficiencia de la coordinación controlada principalmente por el sistema nervioso central.

Una postura adecuada dependerá del correcto funcionamiento de todos ellos, lo que conlleva una alineación corporal ideal la cual facilita el movimiento óptimo.

La postura no es algo rígido ni algo que va a ser igual durante toda tu vida. Es algo dinámico que va a estar influenciado por multitud de factores y por lo tanto puede y debe cambiar en función de la situación en la que te encuentres. Podríamos decir que la postura es la forma en la que decides vivir tu vida.

Diferentes estudios demuestran que hay muchos aspectos que influyen en la actitud corporal tales como el entorno, el estado de ánimo, gestos repetitivos, etc. Todo esto tiene consecuencias no solamente a nivel estructural en nuestro cuerpo, sino que también afecta a aspectos como pueden ser la comunicación no verbal, ya que la mitad de nuestro mensaje cuando nos comunicamos con los demás es expresado a través del lenguaje corporal; así como a la capacidad pulmonar, función cognitiva, nivel de hormonas sexuales, hormonas relacionadas con el estrés, circulación, autoconfianza, predisposición a lesionarse, etc. Éstas son sólo algunas de las consecuencias que puede tener una mala postura en nuestro cuerpo.

El diseño del cuerpo humano se presta a sus funciones principales, siendo una de las más importantes el desplazamiento ya sea caminar, correr o saltar. El problema viene cuando convertimos nuestra función principal en algo que no es funcional como puede ser pasar 8 horas sentado delante de un ordenador. Es lógico pensar que si después de estas 8 horas sentado un día decido salir a correr o hacer pesas en el gimnasio sin un acondicionamiento previo puedan empezar los problemas, dolores o lesiones.  ¿Te suena?

El no tener una buena postura corporal no sólo traerá consigo molestias o dolores de diverso alcance sino que además puede degenerar en patologías de mayor calado tales como pueden ser escoliosis, hipercifosis o hiperlordosis. Además, el tener una determinada postura nos puede hacer ser más propensos a determinadas lesiones concretas. Vamos a poner algún ejemplo para facilitar la comprensión de este concepto:

Todos conocemos a la típica persona que ya ha perdido la cuenta de los esguinces de tobillo que se ha hecho (¿eres uno de ellos?). Este tipo de lesión recidivante quizás venga precedida de alguna alteración en su postura. Me explico: quizá esa persona tenga una tendencia a tener su tobillo en una posición de inversión (hacia dentro, como en el mecanismo lesional del esguince). Esto va a hacer que ante cualquier tropiezo o desequilibrio el pie impacte con el suelo en esa posición de inversión, haciendo muy probable que se sufra un esguince. Pero esto no se queda aquí, quizás esa inversión de tobillo viene determinada por una rotación de toda la pierna de esa persona la cual tiene su origen en la cadera…Por lo tanto a esta persona no basta con tratarle el tobillo, ya que si no tarde o temprano volverá a sufrir un nuevo esguince (tiene muchos boletos para que le toque el sorteo). En estos casos habrá que ir corrigiendo toda la postura de su pierna desde su tobillo hasta la articulación de la cadera o incluso su pelvis o espalda. ¿Entiendes por dónde voy?…

Lo que debemos entender es que no hay una postura buena y una postura mala. Lo importante es que nuestra postura sea adaptable a lo que necesitamos en cada momento. Cuando esto no es así es cuando empieza la patología y el dolor. En nuestro día a día debemos adaptar nuestra postura a las diferentes situaciones que nos encontremos y a las necesidades sociales y emocionales que nos sean requeridas en ese momento. Así a lo largo del día podemos adoptar diferentes posturas, por ejemplo puede ser sumisa o dominante, feliz o triste, valiente o miedosa, abierta o tímida…

Sería interesante atajar el problema desde la raíz y preguntarse: ¿Qué hago a diario para tener esta mala postura? ¿Puedo trabajar en diferentes posturas para que mi cuerpo no se acostumbre sólo a una? ¿Puedo enseñarle a mi cuerpo movimientos nuevos para que encuentre su posición ideal y que no me duela nada? LA RESPUESTA ES SÍ.

En Higea Fisioterapia no queremos quedarnos solo en el tratamiento de la sintomatología si no que queremos ir más allá, encontrar el origen de tu lesión y corregirlo para que no vuelva a ocurrir. Para ello se hace indispensable el tratamiento postural.

Nuestra forma de trabajar en este sentido se basa en una valoración completa de tu postura corporal para posteriormente ir trabajando de una forma global abordando todos esos bloqueos o escaladas de tensiones musculares que puede haber en tu cuerpo. Esto lo realizaremos a través de sesiones individualizadas en las cuales se trabajará tanto a nivel de terapia manual como a nivel de consciencia corporal para conseguir que los cambios perduren en el tiempo.

En definitiva, tener una buena postura, beneficia a nuestro cuerpo e incluso nuestra mente. Aquí te dejamos algunos ejemplos de los beneficios que encontrarás:

– Mejora nuestra respiración: aumenta la capacidad de los pulmones lo que a su vez contribuye a mejorar la circulación.

– Previene el cansancio y fatiga crónica: ya que mejora nuestra respiración, se optimizan las funciones del organismo, permitiendo así gastar energía de forma más eficiente.

– Previene lesiones, dolores musculares y problemas de columna.

– Genera armonía a nuestro organismo: todo lo mencionado anteriormente nos hará sentir bien y evitaremos los problemas generados por una mala postura y una tensión excesiva.

En Higea Fisioterapia encontrarás especialistas formados en el método de cadenas musculares G.D.S., el cual es la referencia para este tipo de tratamientos.

Se trata de un método global de fisioterapia que entiende al individuo como un “todo” ya que tiene en cuenta la biomecánica y además integra el aspecto psicocomportamental de la persona. Se basa en un perfecto conocimiento anatómico y fisiológico del cuerpo humano. De esta manera se puede hacer una verdadera lectura del cuerpo, lo que nos permite un enfoque global. Tiene en cuenta la totalidad del sistema corporal y la interrelación de unos elementos con otros. Desde la perspectiva del Método GDS no vamos a fijarnos en el síntoma, sino en la globalidad de la postura corporal, la cual sostiene a ese síntoma. Se ocupa tanto de la prevención de los síntomas, como de su tratamiento y posterior mantenimiento. Cuenta con una gran variedad de técnicas terapéuticas las cuales se seleccionan minuciosamente dependiendo de las necesidades de cada paciente.

¡No lo dudes y pregunta por nuestros bonos de corrección postural, los cuales incluyen una valoración completa y las sesiones de tratamiento!