READAPATACIÓN LESIONAL

¿En qué consiste la readaptación lesional?

La readaptación físico-deportiva y, más concretamente, el reentrenamiento al esfuerzo físico-deportivo del gesto deportivo durante la lesión representa un medio de acción para el restablecimiento y/o mejora de la “salud deportiva” (física, psíquica y social) del paciente una vez que se haya manifestado la patología.

Para situarnos, nos pondremos en el supuesto de la aparición de una lesión, con ella, se inicia un proceso cuyo objetivo es el retorno del deportista lo más rápido, seguro y en iguales o mejores condiciones a las que tenía antes de la lesión en su entorno habitual. Este proceso, clásicamente, se enfocaba desde un punto de vista médico-terapéutico, en los últimos años, éste enfoque ha variado y se defiende un modelo bio-psico-social que intenta abarcar todos los ámbitos que rodean al deportista.

Desde el punto de vista lesional, una vez ya recuperada la lesión, llega el momento de retomar la actividad de nuevo, aquí surge la duda de si está fase debe ser supervisada mediante un profesional. Es importante entender que después de la recuperación de una lesión es de vital importancia que no se produzca un vacío entre la fase médica o fisioterapéutica y la fase de reentrenamiento físico, ya que es producto de recaídas de muchas lesiones que no están bien adaptadas. Es aquí es donde toma importancia la fase de readaptación deportiva.

 

A pesar de que hay que poner todos los esfuerzos posibles en la recuperación del trauma o lesión en sí, mediante técnicas de fisioterapia y ejercicio físico, es indudable que los objetivos han ido derivando hacia la búsqueda de estrategias de intervención que reduzcan el número de lesiones como es la prevención, o bien supongan una reducción del tiempo de baja y una reincorporación segura al deporte, ejercicio o actividad que realice la persona, como es la readaptación.

 

El contenido de este apartado va dirigido a cómo trabajar las cualidades físicas en el proceso de readaptación lesional. Nos encargamos de la carga y la progresión de ejercicios para llegar al objetivo final que es la competición, y de puntualizar en cómo realizar esos ejercicios en función de la fase reparativa en la que se encuentre el tejido, nivel de implicación biomecánica de la estructura en esa tarea.

Dicho proceso debe permitir que, mediante una progresividad en las cargas, tanto la zona lesionada como el resto del organismo se preparen para poder afrontar las demandas deportivas, disminuyendo a su vez las probabilidades de recaer de la lesión (recidiva) o lesionarse en estructuras adyacentes.

 

Señalamos también que todo este trabajo debe ir combinado siempre con trabajo coadyuvante o compensatorio, para la mejora de aspectos como la estabilidad central (CORE) y la propiocepción.

Fases

Según Lalín (2011) y Peirau (2010) la readaptación lesional se desarrolla en dos ámbitos funcionales:

  • Recuperación funcional deportiva: Se refiere más al ámbito clínico y se define como el “tratamiento o entrenamiento funcional sistemático de lesiones del aparato locomotor activo, de los sistemas de sostén y apoyo pasivo, neuromuscular y cardiopulmonar con el fin de restablecer la función normal”
  • Readaptación físico-deportiva: Ámbito no clínico, se interviene mediante el reentrenamiento al esfuerzo físico, definido como “el proceso de reajuste o modificación de los parámetros físico-deportivo-motores, generales y específicos del gesto deportivo, con el objetivo de reincorporar de la forma más rápida y segura posible al individuo a la práctica deportiva, utilizando todos los recursos disponibles”

Las cualidades (capacidades) físicas son: Capacidades físicas condicionales (fuerza, velocidad, resistencia, flexibilidad, elasticidad) y coordinativas (equilibrio y coordinación). Estas son las capacidades en las que trabajaremos para realizar una correcta readaptación funcional de la lesión.

  • Flexibilidad: Capacidad del musculo de estirarse, aumentar su longitud. Es involutiva, muy influenciada por factores genéticos (Rodas et al, 1997)
  • Elasticidad: Capacidad de un tejido de volver a su posición inicial una vez cesan las fuerzas que lo deforman.
  • Fuerza: Es considerada la capacidad física fundamental, nos protege de lesiones y mejora el rendimiento, por ello, tenemos que evitar su pérdida (Ronconi M y Alvero-Cruz JR, 2008). Su falta de entrenamiento provoca una serie de consecuencias negativas a nivel vascular, sobre la fibra muscular y, como es lógico, sobre la fuerza (Mujika I y Padilla S, 2000). Dentro de la fuerza hay varios hay varios tipos: Fuerza máxima, fuerza explosiva, fuerza de resistencia y fuerza elástico-explosiva)
  • Coordinación: capacidad de los músculos esqueléticos del cuerpo de lograr una sincronización para lograr un determinado movimiento.
  • Propiocepción: Según Tous J y Romero D (2011) la propiocepción es la sensibilidad proporcionada por los propioceptores, que son órganos distribuidos por el aparato músculo-esquelético que detectan variaciones de tensión, aceleración y posición.
  • Velocidad: Es una expresión de la fuerza (fuerza elástica y explosiva), muy influenciada por la coordinación.
  • Resistencia: Es la capacidad para mantener los niveles de fuerza. La resistencia aeróbica hablaría de niveles de fuerza medios y bajos durante mucho tiempo (utilización de vías metabólicas con oxígeno) y la resistencia anaeróbica se refiere niveles de fuerza altos mantenidos durante menos tiempo (utilización de vías metabólicas sin oxígeno).

A través de la movilización neural podemos mejorar la mecanosensibilidad de los nervios movilizándolos y estirándolos a través de sus canales y de pasos de conflicto, con ello generamos un cambio en la información que transmiten tanto a nivel sensitivo (lo que percibimos) como motor (como nos movemos, que fuerza hacemos). Está totalmente indicada para casos de atrapamientos nerviosos, y dolores generados o influenciados por el nervio como puede ser un síndrome del túnel del carpo, síndrome del túnel del tarso, neuralgia del cubital, neuralgia del nervio mediano, neuralgia del nervio radial, síndrome del desfiladero torácico, cíatica y otros problemas que se pueden estar viendo perpetuados la mecanosensibilidad neural.Tenemos distintas formas de progresar en una lesión en cuanto a readaptación funcional o lesional, podemos aumentar la carga del cualquier ejercicio, aumentando el tiempo de estiramiento por ejemplo o añadiendo plataformas inestables para hacer más complejo el ejercicio y así hacer que el cuerpo se adapte a diferentes estímulos, siendo más difícil que vuelva a recaer en la lesión. También podemos aumentar el número de series y repeticiones de cada ejercicio o incluso subir el peso para incrementar la dificultad de los ejercicios.

 

 

Podemos usar miles de variantes siempre controladas de cada ejercicio para que nuestros tejidos tengan que responder a diferentes situaciones y se adapten al stress de cada momento. Siempre enfocándolo al tipo de deporte o la actividad que el paciente realiza o es su objetivo realizar. Es decir, si es un jugador de futbol tendremos que hacer la readaptación enfocándonos en ejercicios que se acerquen a los gestos que se realizan en ese deporte. Pero también tendremos que hacerlo con personas que su objetivo es cierto tipo de trabajo, como, por ejemplo, pasar mucho tiempo sentado o de pie con trabajos muy demandantes, o incluso actividades normales de la vida diaria, tendremos por tanto que enfocar la readaptación de cada tipo de lesión o patología al objetivo de cada persona. Un ejemplo claro son las lumbalgias, una vez que se ha recuperado y hemos solucionado la lesión, después tendremos que llevar a cabo ejercicios para que las lumbares de esa persona soporten la carga diaria, que puede ser estar todo el rato sentado en una oficina en una postura determinada, o incluso trabajos que demanden mucho levantamiento de peso.

En Fisioterapia Higea, introducimos está parte dentro de nuestros tratamientos, ya que en la mayoría de las lesiones es de suma importancia para poder volver a realizar la actividad realizada por el paciente y evitar la recaída, volviendo así a realizar la actividad de la manera más óptima posible, igual o mejor que antes de la lesión.

En nuestro centro contamos con un gimnasio adaptado para realizar la readaptación lesional enfocada a cualquier actividad o deporte, así como contamos con un gran abanico de ejercicios y material para realizar este tipo de tratamiento final de una lesión.

Otro punto para tratar en nuestro centro, es la prevención deportiva, la incluyo dentro del apartado de readaptación deportiva porque me parece un punto muy importante y que se solapa con la readaptación deportiva, una vez terminada esta.

La prevención consiste en tomar una serie de medidas orientadas a evitar que el deportista se lesione, tenga molestias…pero no sólo eso, también mejora el rendimiento (menos días de baja deportiva, mejora las cualidades físicas). La prevención es un proceso en el que, a grandes rasgos, primero identificamos qué lesiones vamos a prevenir y cuáles serán los factores de riesgo (intrínsecos y extrínsecos) sobre los que incidiremos, después estableceremos una serie de medidas preventivas (generales, grupales e individuales) y finalmente estudiaremos los resultados obtenidos y la posible inclusión de nuevos factores de riesgo (modelos de Bahr y Van Mechelen).

Todo esto completa un proceso de tratamiento completo y enfocado al deportista para disminuir al máximo la recaída y futuras posibles lesiones asociadas a otras anteriores.